Salsa en hostelería, ¿condimento o alimento?

La palabra «salsa» es un término comodín que puede referirse a muchas cosas diferentes. Se utiliza con mayor frecuencia para describir un condimento, pero también se refiere a un aderezo y, en algunos casos, a un ingrediente. Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que algo sea una salsa?

En términos de sabor, la salsa suele considerarse un condimento. Esto significa que añade sabor a la comida en lugar de actuar como su componente principal (como la carne). Sin embargo, la salsa se ha clasificado como condimento y como ingrediente porque tiene funciones no relacionadas con el sabor, como aumentar la humedad o la textura de los alimentos.

¿Hay una única forma de clasificar las salsas?

Las salsas son una parte importante de muchas recetas en todo el mundo. Pueden utilizarse para dar sabor a un plato, para marinar y para cocinar.

Las salsas pueden ser saladas o dulces, pueden ser aromáticas, picantes o contener trozos de alimentos sólidos.

Por ejemplo:

  • Las salsas aromáticas son las que aportan sabor sin añadir sal. Algunos ejemplos son los vinagres de vino, el pesto y los zumos de frutas.
  • Las salsas picantes suelen llevar ingredientes picantes, como chiles o copos de pimienta, para darles su sabor. Los alimentos picantes nos hacen sudar las toxinas del cuerpo, lo que es ideal para la desintoxicación. Los chiles también tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar con todo tipo de enfermedades inflamatorias como la artritis y la gota (ya sabes cuando tienes ese dolor insoportable en el dedo gordo del pie…). Así que si quieres una vida más sana, ¡come más alimentos picantes!
  • Las salsas dulces se usan a menudo en los postres, pero a veces la gente las usa sólo para el postre sin ningún plato de carne, como un helado o una tarta de crema.

Pero también se pueden clasificar según el ingrediente básico de las salsas

Algunos ejemplos de esta clasificación pueden ser los siguientes, aunque el mundo de las salsas es casi infinito.

  • Salsas de frutas y verduras: Los ejemplos incluyen la salsa de tomate, la mayonesa y los aderezos para ensaladas. Estos son ingredientes comunes en la elaboración de salsas.
  • Salsas lácteas: Elaboradas con productos lácteos como la nata, el queso o el yogur. Las salsas de nata contienen una elevada proporción de grasa butírica; las salsas de queso utilizan queso fresco bajo en grasa para reducir el contenido calórico del plato.
  • Salsas de pescado: El pescado más utilizado para este tipo de salsas es la anchoa, aunque también se pueden utilizar otros tipos de pescado, como las sardinas.

 

Las salsas y los dips hacen que la comida sea más interesante, así que no es de extrañar que haya miles de ellos en el mercado. Si quieres hacer una salsa o un dip, puedes comprar una salsa o hacerla tú mismo. Por ejemplo, estas de aquí son salsa de gran confianza y calidad. Hacer las salsas en casa en ocasiones puede acabar por darte pereza por lo que siempre recomendamos tener en tu despensa un bote de tu salsa favorita.

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Author: Redacción