Descubre las características del lince ibérico

En este artículo vamos a centrarnos en detalle en cuáles son las características del lince ibérico. Aquellos rasgos que identifican a este singular felino, y que lo diferencian de otras especies similares que podemos encontrar en otros puntos del planeta.

Aprenderemos cómo es el lince ibérico, cómo identificarlo por sus particularidades más vistosas, y nos adentraremos en aquello que hace tan especial a este felino característico de nuestra península.

¿Quieres saber más? ¡Pues acompáñanos en la lectura de este artículo para estudiar a fondo las características del lince ibérico!

Tamaño y peso del lince ibérico

Un macho adulto de lince ibérico pesa unos 14 kilos y una hembra alrededor de los 10 kilos. Se trata de una especie de felino de tamaño medio, con una altura de cruz que oscila entre los 40 y los 50 cm, siendo los machos ligeramente más altos que las hembras.

Salvo por esta ligera diferencia de tamaño entre ambos sexos, que no siempre sucede ya que los rangos se solapan, diferenciar el sexo de un individuo a simple vista en el campo es prácticamente imposible. Habría que tener la oportunidad de apreciar claramente la zona ano-genital, algo que no suele suceder en los avistamientos escasos y fugaces con este felino.

Por otro lado, el lince ibérico presenta las características propias de género lynx:

– Barbas que se prolongan hacia abajo por ambos laterales del rostro.

– Orejas rematadas con unos característicos pinceles negros.

– Cola corta.

– Patas cortas y robustas, rematadas en dos prominentes manos.

– Patrón de pelaje moteado.

En cuanto a este último rasgo, hay que decir además que este patrón es el más moteado de las cuatro especies de linces, y le otorga abrigo y camuflaje.

¡Pero esto no es todo! A continuación vamos a ver otras importantes características del lince ibérico que lo convierten en una especie muy singular y atractiva. ¡Seguro que te van a interesar muchísimo!

Vista del lince ibérico

La vista del lince se encuentra perfectamente adaptada a la visión nocturna. ¡De ahí lo de “ver como un lince”! Sus grandes ojos cuentan con una capa situada frente a las células sensibles de la retina que actúa a modo de espejo, y le permite aprovechar al máximo la escasa luz nocturna.

Esta capa amplificadora de la luz, conocida como tapetum lucidum, es también la responsable de ese característico destello verde que se observa en los ojos de algunas especies al ser alumbradas directamente por un foco de luz en la noche.

El movimiento de una presa a decenas de metros de distancia puede ser percibido por los grandes ojos de este felino. Unos ojos de color verde o marrón y pupila vertical, que le proporcionan una visión estereoscópica muy parecida a la nuestra.

Asimismo, la enorme potencia visual del lince ibérico viene dada gracias a la gran adaptabilidad de sus pupilas. Estas, en ambientes de escasa luz, se dilatan hasta adoptar una forma prácticamente circular. Esta dilatación es tres veces más pronunciada que en los humanos, y en ambientes luminosos la pupila se estrecha y pasa a adoptar una forma de línea vertical.

Oído impecable

El oído del lince ibérico es uno de sus sentidos más desarrollados, pudiendo distinguir a gran distancia el andar de sus presas a través del matorral, o la presencia de una amenaza en su territorio.

Uno de los rasgos más característicos de la especie son los dos penachos de pelos gruesos que sobresalen de las puntas de las orejas, a modo de pinceles. Su misión se desconoce con exactitud, pero existen varias hipótesis. Unas comentan que estos pinceles favorecen el mimetismo del animal, puesto que rompen la silueta redondeada de su rostro. Otras afirman que, junto con el borlón de pelo negro de la punta de la cola, ayudan a las madres a ser localizadas por sus crías en medio del espeso matorral.

No hay que descartar, sin embargo, que como cazadores especialistas en el acecho y el rececho de sus presas, usen estos pinceles como sensibles detectores para conocer rápidamente la dirección y el sentido del viento, y así aproximarse más a sus presas sin ser detectados.

¿Qué come el lince ibérico?

Seguramente te habrás preguntado más de una vez qué come el lince ibérico, ¿verdad? Nuestro felino más representativo tiene una dieta particular, que ha sido muy estudiada por los especialistas. ¡En este artículo te contamos de qué se alimenta principalmente el lince y cuáles son sus “manjares” favoritos!

Vayamos al grano: el lince ibérico se alimenta casi exclusivamente de conejos. En numerosos estudios realizados sobre la dieta de este felino el conejo de monte ha estado presente en el 85-99 % de los excrementos analizados, y siempre han supuesto más del 70% de la biomasa total ingerida.

El tamaño de los conejos que suelen cazar los linces varía a lo largo del año según su abundancia. De este modo, los gazapos y conejos jóvenes están más presentes en su dieta durante los meses de primavera y verano.

Se trata, por tanto, de un carnívoro especialista: un cazador muy especializado en una única presa, de la cual depende casi exclusivamente para subsistir.

Esta escasez de diversidad en su dieta es una de las principales causas que han llevado a las poblaciones de estos felinos a encontrarse en serio peligro de extinción, puesto que las afecciones que sufran los conejos tendrán repercusión directa en las poblaciones de linces ibéricos.

Según los expertos, la abundancia mínima de conejos que debe existir en la zona para mantener una población estable de lince ibérico es de un conejo por hectárea.

Estudios científicos han estimado las necesidades energéticas del lince ibérico en unas 912 kcal para los machos, y 673 kcal para las hembras.

Por lo tanto, dado el contenido energético del conejo de monte, se estima que el lince ibérico precisa de un consumo de un conejo diario para satisfacer sus necesidades energéticas.

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Author: Redacción